El narcotraficante estadounidense de origen mexicano Édgar Valdez Villarreal, conocido como «La Barbie», debía cumplir una condena de prisión hasta el año 2056 en Estados Unidos.
El que fuera capo del Cartel de Sinaloa y considerado uno de los más sangrientos del narcotráfico en México recibió en 2018 una sentencia de 49 años de cárcel.
Pero ahora su nombre ha desaparecido del listado de presos bajo custodia en los registros de la Agencia Federal de Prisiones de Estados Unidos.
«No está en custodia de la BOP (Agencia Federal de Prisiones)», responde la página oficial al buscar el nombre del reo, según corroboró este martes BBC Mundo.
Las autoridades estadounidenses de momento no han revelado el paradero ni la situación del reo.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que su gobierno ha pedido explicaciones a Estados Unidos.
Expertos creen que «La Barbie», apodado así por su pelo rubio y ojos azules, podría estar colaborando con las autoridades estadounidenses, a quienes brindaría información a cambio de ciertos beneficios como la inclusión en un programa de protección de testigos, la reducción de su sentencia u otro tipo de beneficios.
El narco sonriente
Cuando fue presentado ante los periodistas después de su captura en 2010, «La Barbie» no dejó de sonreír.
El gesto desató polémica en el país, pues muchos lo interpretaron como una burla a las autoridades.
En 2015 fue extraditado al país norteamericano, donde tres años después un tribunal de Atlanta, Georgia, lo condenó a 49 años y un mes de prisión, así como una multa de US$192 millones, por cuatro delitos de narcotráfico y uno de lavado de dinero.
Valdez Villarreal se había declarado culpable de las acusaciones para evitar la condena de cadena perpetua que se había solicitado en su contra.
El fiscal del caso alegó entonces que «importó toneladas de cocaína a Estados Unidos mientras sin piedad avanzaba hacia los más altos cargos de uno de los carteles más poderosos de México, dejando a su paso incontables vidas destruidas por la violencia».
Paradójicamente, tras dictarse la sentencia el fiscal afirmó que el narcotraficante iría «a prisión casi por el resto de su vida«, y que esto era un mensaje a los líderes de carteles mexicanos que «deberían saber que, como ‘La Barbie’, serían responsabilizados de sus crímenes».
Violencia y crueldad
Valdez Villarreal nació en Laredo, Texas, en agosto de 1973, y desde los 19 años fue acumulando antecedentes penales menores.
El gobierno estadounidense señaló que en el año 2000 «La Barbie» ya tenía un próspero negocio de distribución de marihuana y cocaína en su ciudad natal.
Sus operaciones se extendieron incluso a lugares como Nueva Orleans, Luisiana, Memphis, Tennessee y Misisipi.
La actividad del joven texano llamó la atención de los carteles mexicanos del narcotráfico.
Ese mismo año 2000 fue reclutado por Arturo Beltrán Leyva, «El Barbas», que entonces era uno de los principales líderes del Cartel de Sinaloa (también llamado Cartel del Pacífico).
El capo le encargó una de las operaciones más importantes para la organización en ese momento: arrebatar el mercado y las rutas de tráfico de drogas de Nuevo Laredo, Tamaulipas, al Cartel del Golfo, que las controlaba.
La misión se acordó en un cónclave de líderes realizado en Cuernavaca, Morelos, según un informe del Centro del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI).
El encuentro tuvo lugar al inicio de 2005. Durante todo ese año «La Barbie» y su grupo pelearon violentamente calle por callepor el control del tráfico en Nuevo Laredo, fronteriza con Estados Unidos.
Allí nació el cariz de crueldad que la agencia antidrogas estadounidense, la DEA, atribuye a Valdez Villarreal.
La batalla fue el inicio de la guerra entre carteles que causó la muerte miles de personas, y que en algunas regiones del país todavía permanece.
Una captura mediática
Valdez Villarreal se convirtió en el personaje más cercano a Arturo Beltrán Leyva e incluso permaneció a su lado cuando el capo y sus hermanos rompieron su alianza con el Cartel de Sinaloa.
«El Barbas» fue abatido por la Marina en diciembre de 2009, y a partir de ese momento el texano tomó su propio camino.
Con su propio grupo emprendió una batalla por controlar el mercado de drogas en Guerrero, especialmente en el balneario de Acapulco, donde se vivieron algunas de las jornadas de mayor violencia en su historia.
La red del capo se extendió incluso a Morelos, la capital del país y el vecino Estado de México, donde fue capturado el 30 de agosto de 2010.
Al día siguiente fue presentado ante los medios en instalaciones de la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR).
Fue el momento en que no paraba de sonreír.
Los videos y fotografías del momento lo muestran con la mirada divertida, una camiseta deportiva Ralph Lauren y tenis nuevos.
La sonrisa, junto con la ropa, fue lo que más llamó la atención de los medios, e incluso marcaron una especie de moda en los mercados informales de ropa.
Una semana después de la captura, en las calles de la capital mexicana se vendían réplicas de la camiseta verde de «La Barbie».