Rusia ha lanzado una nueva ola de ataques aéreos contra Ucrania.
Se han reportado explosiones en por lo menos seis ciudades, desde la capital, Kyiv, donde decenas de misiles cayeron en la mañana del viernes, hasta Járkiv en el noreste y Poltava en el centro del país.
Al menos dos personas han muerto hasta ahora, mientras que Rusia sigue atacando los acueductos y la red energética a medida que las temperaturas se desploman por el invierno boreal.
«Es uno de los mayores bombardeos rusos desde el inicio de la guerra«, señaló el portavoz militar en Kyiv, Mykhalilo Shamanov.
La corresponsal en Kyiv del Servicio Ucraniano de la BBC, Zhanna Bezpiatchuk, informa que este viernes tres grandes misiles hicieron impacto en centrales eléctricas causando daños a gran escala.
«En la ribera oriental del río Dnipro, que es donde está la zona residencial de Kyiv, hay cortes de electricidad y agua. Por primera vez el metro se quedó sin energía y todos los trenes pararon».
La empresa de energía de Ucrania dice que más de la mitad de los consumidores de electricidad en el país se han visto afectados.
Járkiv, la segunda ciudad del país, se ha quedado sin elctricidad. Su alcalde dijo que los daños causados son «colosales».
Por ahora no hay pánico ni intenciones de una evacuación masiva, comenta Zhanna Bezpiatchuk.
«Los ucranianos se han acostumbrado a los apagones, es parte de su resistencia y una demostración de su espíritu animado contra la invasión», dice. «La lucha no solo se está dando en el frente, sino aquí también».
Por ahora, las personas se están ajustando a vivir en la oscuridad total, en residencias muy frías, sin señal para poder comunicarse. Pero el peligro, señala la corresponsal, es que esa situación dure por más de cuatro o cinco días.
«Las autoridades han tenido que equilibrar el suministro de electricidad cortando la energía temporalmente en varias áreas del país. Pero un apagón largo podría dañar permanentemente las baterías que producen calor o bombean el agua de los edificios», indicó.
Eso sería una catástrofe en los meses de invierno.
La reciente ola de misiles es parte de un implacable ataque de dos meses que ha diezmado la infraestructura fundamental de Ucrania, lo que hará más costoso el apoyo económico de Occidente y sus aliados para resistir la invasión.
¿Prepara Rusia una nueva ofensiva terrestre?
Ucrania está acusando a Moscú de estar preparando el terreno para una amplia ofensiva terrestre a principios del próximo año, a pesar de los recientes reveses que han sufrido las tropas rusas en los últimos meses.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, y sus altos comandantes advirtieron que la ofensiva podría iniciarse tanto en la región oriental de Donbás, como en el sur o incluso en Kyiv.
En una serie de ruedas de prensa, el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, especuló que la ofensiva empezaría en febrero, cuando la mitad de los 300.000 nuevos reclutas rusos habrían completado su entrenamiento.
«El Kremlin está tratando de encontrar nuevas soluciones para lograr la victoria», expresó Reznikov, añadiendo que espera que Moscú movilice a más de sus ciudadanos.
Por otra parte, el comandante de las fuerzas armadas de Ucrania, general Valery Zaluzhny, dijo: «No tengo dudas de que harán otro intento en Kyiv».
Por eso, para Ucrania es «una muy importante tarea estratégica crear reservas y prepararse para la guerra».
El factor Bielorrusia
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, tiene planeada una visita a Minsk este lunes para encontrarse con su homólogo y aliado Alexander Lukashenko, el presidente de Bielorrusia.
Los ministros de Defensa de ambos países estarán participando en negociaciones, según informó la agencia rusa Tass.
La visita sucede en medio de las advertencias de Ucrania sobre la posible nueva ofensiva rusa que pudiera ser lanzada desde Bielorrusia.
«Ese es el gran temor», expresa la corresponsal del Servicio Ucraniano de la BBC.
«Hasta ahora, Rusia solo ha usado el territorio bielorruso para lanzar sus misiles o para el tránsito de sus aviones de combate, pero se ha venido hablando de que la posible ofensiva rusa pueda iniciarse allí».
Otra posibilidad es que el ejército bielorruso participe directamente en la invasión.
Aunque no se considera que sea un ejército de gran capacidad, la frontera entre Ucrania y Bielorrusia es muy extensa y la defensa ucraniana tendría que repartir sus recursos para proteger sus límites, explica la corresponsal Bezpiatchuk.
Un duro invierno
Tanto Rusia como Ucrania han descartado una tregua de Navidad y en la actualidad no hay conversaciones con metas a terminar el conflicto.
Los analista militares creen que, a pesar de los fuertes combates, se podría llegar a un punto de estancamiento invernal, particularmente en la región de Donetsk, donde las fuerzas rusas mantienen una ofensiva para tomar la localidad de Bakhmut.
En los frentes de batalla, Rusia parece estar siguiendo «un plan militar de atrincheramiento», de acuerdo al Ministerio de Defensa de Reino Unido.
Es una táctica de guerra que poco ha cambiado desde la Segunda Guerra Mundial, añadió.
Ucrania también está excavando trincheras como una medida de defensa en el frente, pero es una época fría e incómoda para que los soldados estén rodeados de lodo en el invierno.
Además, las trincheras son vulnerables a los ataques con armas de precisión.
No obstante, Ucrania ha mejorado significativamente sus defensas antiaéreas con el apoyo de Occidente, pero está pidiendo armas más sofisticadas.
Los líderes de la Unión Europea acordaron proveer financiación a Ucrania de casi US$18.000 millones el año entrante.
Estados Unidos, por su parte, anunció que expandirá el entrenamiento de personal militar ucraniano en Alemania y también tiene planes de enviar los avanzados misiles antiaéreos Patriot, aunque la cantidad de este costoso sistema será limitado.