El partido ardía: Brasil y Angola buscaban con fiereza un cupo para los cuartos de final del balonmano femenino en París 2024.
Pero en medio del juego, disputado el 3 de agosto, la angoleña Albertina Kassoma se lesionó la rodilla. El tiempo apremiaba y Kassoma intentó llegar al banquillo de suplentes, pero la rodilla no respondía y quedó tendida en el suelo.
Entonces su rival, la brasileña Tamires Araujo Frossard, se acercó a Kassoma, la levantó en brazos y la llevó hasta un lugar donde pudiera ser atendida.
«La lesión se produjo cerca de mí. Seguí jugando al principio porque no pensé que fuera tan grave. Cuando la vi en el suelo, pensé que no sería capaz de levantarse, porque es muy raro que te caigas y no te levantes», dijo Frossard.Ambas juegan en la liga rumana y era lo menos que se podía esperar de quienes eran rivales en ese momento, pero colegas y hermanas en el deporte.
Espíritu Olímpico en estado puro. Como decía el francés Pierre de Coubertin, padre de las Olimpiadas modernas: “El olimpismo no es un sistema, es un estado de la mente”.
Y aunque todos los deportistas que arribaron a París vinieron con la idea de competir contra sus rivales, ese espíritu olímpico de juego limpio ha sobrevolado todas las disciplinas.
En BBC Mundo te contamos algunos de los gestos que más han conmovido al público. La mayoría de ellos hechos por mujeres.
1. Todas en la cima
Si alguna imagen nos dejará París 2024 es el podio de la prueba de ejercicio de suelo en gimnasia artística femenina.
Especialmente antes de que le entregaran la medalla a la ganadora: Rebeca Andrade.
En ese momento, la leyenda de la gimnasia, la estadounidense Simone Biles -quien había quedado en segundo lugar- y su compatriota Jordan Chiles acuerdan que cuando la brasileña suba por su medalla de oro, ellas le harán una reverencia.
Y así ocurre: la gimnasta más laureada de la historia se inclina a quien la ha vencido con un derroche de talento y alegría.
La imagen le dio la vuelta al mundo, muchas veces acompañada por el lema “En la cima somos iguales”.
2. Un pin de homenaje
Durante el partido de semifinales de badminton femenino, la española Carolina Marín se lesionó cuando se encontraba cerca de ganar el encuentro.
Pero no era una lesión menor: era rotura de ligamento cruzado.
A pesar del esfuerzo, Marín, desconsolada, tuvo que abandonar la cancha y de este modo, su sueño de conseguir una medalla.
Su rival en ese encuentro, la china He Bing Jiao, pasó la final directamente. En el encuentro por la presea dorada no pudo superar a la surcoreana An Se Young.
Sin embargo, cuando subió al podio a recibir su medalla de plata, He Bing Jiao lució en su mano derecha un pin del equipo español, como un bello gesto de solidaridad con Marín.
“Quiero destacar a una persona. Animé a He Bing Jiao a disputar un buen partido en la final, pero el momento del podio es de los gestos más bonitos que han tenido hacia mí jamás«, dijo la española en un texto publicado en su cuenta de X.
3. Atención en la pista
Se disputaba una de las pruebas clasificatorias para la prueba de 100 metros planos femenino.
De repente la corredora de Sudán del Sur Lucia Moris cae lesionada en el piso con fuertes expresiones de dolor.
Sin embargo, por unos segundos, nadie corre en su auxilio. Solo una persona se percata de que Moris está en el piso retorciendose de dolor: su colega de pista, la corredora de Laos Pha Aphay, quien regresa a donde está Maris y se acerca a preguntarle qué le ocurre.
Aphay también alerta a los equipos de atención médica para que se hagan cargo de Moris. Finalmente la llevan en una camilla.
«Somos atletas. Todos los atletas de 100 metros saben cómo se siente estar lesionado”, dijo Aphay al Washington Post sobre su decisión de ayudar a su colega.
5. Amigos para siempre
Se corría los últimos metros del triatlón masculino de París 2024. El neozelandés Hayden Wilde había logrado ponerse en la primera posición con un paso firme en la parte de atletismo.
Sin embargo, en esos metros finales, el británico Alex Yee -quien había conseguido la plata en Tokio 2020- hizo un último esfuerzo y con todas las fuerzas que tenía sobrepasó de forma espectacular a Wilde, quien solo pudo observar como su rival le quitaba el sueño de la medalla de oro olímpica de las manos en los últimos segundos de la prueba.
Yee, contento por la victoria, pero agotado por el esfuerzo se desplomó sobre el suelo y hasta allí fue a abrazarlo Wilde, quien más allá de la desazón por no haber conseguido el primer lugar, estaba contento con la victoria de su amigo.
“Me acuerdo de hace seis años, cuando compartimos habitación en Jersey para la Super League Tri. Esa fue la primera vez que conocí a Alex y creo que estar junto a él en el podio tantos años después fue algo especial”, reveló el neozelandés.